El presidente de Social Economy Europe (SEE) y de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes), Juan Antonio Pedreño, afirma que «tenemos una oportunidad histórica» para construir un futuro sostenible y de bienestar gracias a los fondos europeos. Además, avanza la apuesta de la UE por la economía social como medio para garantizar cohesión social y territorial, que se materializará en el Plan de Acción Europeo para la Economía Social que se presentará este mes en Bruselas.
El presidente de SEE y CEPES subraya que han presentado «un proyecto para crear un ecosistema de economía social por toda España» que puede suponer «la creación de 20.000 nuevos puestos de empleo y el mantenimiento de más de 100.000 empleos en las empresas de economía social».
Cada vez se habla más de la economía social. Sin embargo, no todo el mundo conoce en qué consiste este modelo empresarial. ¿Puede explicarnos brevemente qué es y qué la diferencia de los otros modelos de empresa?
La economía social es aquella que prioriza el valor de la persona frente a otros objetivos, que no piensa exclusivamente en el reparto de los beneficios. Es una economía con un carácter más humano y, podríamos decir, una economía ‘con alma’.
Adquiere cada vez mayor relevancia porque su valor humano está ganando la batalla a los objetivos meramente capitalistas de distribución de beneficios. Este carácter más humano se refleja en una mirada hacia el bienestar de las personas, a mejorar su calidad de vida, a un compromiso con el entorno, a intentar generar un impacto positivo de cara al futuro y las generaciones posteriores.
La economía social siempre defendió los valores que los jóvenes hoy propugnan más que nunca: igualdad, equidad, solidaridad, compromiso con el futuro y las personas que menos tienen.
Además, nuestras empresas también tienen principios que las definen, como participación o compromiso con el entorno. Derivan de los valores y principios cooperativos, pero la economía social los ha hecho suyos y ahora nos damos cuenta de que estos principios coinciden también con los que la UE pretende contribuir a una mejor sociedad: que nadie se quede atrás, que se reduzcan las desigualdades, que haya empleo estable o una innovación que facilite una mayor cohesión social y territorial.
Aparte de esos valores a los que hacía referencia, las empresas de Economía deben pertenecer a unas modalidades empresariales que establece la legislación española y europea ¿Puede describirnos cuáles son?
La economía social históricamente se ha distinguido por tener cuatro ámbitos de actuación: ‘cooperativas’, ‘mutualidades’, ‘asociaciones’ y ‘fundaciones’. En Europa estas cuatro grandes familias recogen el porcentaje más alto de empresas de economía social
Ahora bien, también existen otras modalidades empresariales como los ‘centros especiales de empleo’ y las ‘empresas de inserción’, que no están en ninguno de estos cuatro campos, y las ‘empresas sociales’ que la Comisión Europea ha identificado como empresas de economía social. El campo de actuación que abarca la economía social en España es ligeramente más amplio, porque hay formas en España que no hay en Europa, como las ‘sociedades laborales’. En definitiva, estamos viendo que la sociedad está apostando decididamente por valores y principios que desde hace muchos años defienden estas empresas de economía social. Ahora, además, están teniendo visibilidad, algo de lo que históricamente hemos carecido
¿A qué se debe esta mayor visibilidad?
Seguramente hemos adquirido una mayor visibilidad a causa de la pandemia. Como decía la directora general de la Unidad de Economía Social de la Comisión Europea, Anna Athanasopoulou, muchas miradas se han vuelto hacia las empresas de la economía social porque hicieron suministros de comida, servicios, atención a las personas… y demostraron un compromiso real con la sociedad y las personas. Se ha evidenciado que ha habido más necesidad de economía social que nunca, y que esta ha respondido a las exigencias de la sociedad.
¿Cuál es el valor de la Economía Social Europea?
En Europa, tenemos aproximadamente tres millones de empresas y alrededor de 14,5 millones de trabajadores, lo cual representa un 6,5% del empleo y un 8,5% del PIB europeo. Además, prácticamente 230 millones de personas forman parte o están directamente involucradas en el entorno de la economía social europea.
Las instituciones europeas presentan el 8 de diciembre el Plan de Acción Europeo para la Economía Social, que su sector lleva largo tiempo reclamando. ¿Puede adelantarnos sus principales líneas y su valoración como presidente de la patronal europea?
Venimos trabajando en el Plan de Acción Europeo para la Economía Social desde 2014. En el actual mandato europeo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, encomendó en su primera intervención al comisario de Empleo, Nicolas Schmit, la elaboración de este Plan que verá la luz el 8 de diciembre.
El Plan de Acción Europeo permitirá algo que consideramos prioritario, como es disponer de una definición europea de economía social, puesto que no existe una definición común. Cada país tiene sus matices. Queremos que haya una definición global que se adapte a las peculiaridades de cada estado y a sus diferentes formas jurídicas, pero que contenga los valores y principios orientadores que debe contener una empresa de economía social.
Además, el Plan nos va a permitir el acceso a los programas económicos y financieros, así como que no se margine a las empresas de economía social en ninguna normativa y se legisle en favor de un modelo de empresa perfectamente definido.
Por otra parte, hemos conseguido que de los catorce ecosistemas industriales que ha definido la Comisión Europea, uno sea para la economía social. La visibilidad nos está ayudando a que estemos presentes en los foros y a que Europa haya enviado una carta instando a los países a que contemplen a la economía social en el reparto de las ayudas de los fondos europeos.
¿Cree firmemente que este Plan Europeo puede suponer un hito para el sector?
¿Qué estimación puede tener en empleo y emprendimiento?
«LA ECONOMÍA SOCIAL ES AQUELLA QUE PRIORIZA EL VALOR DE LA PERSONA FRENTE A OTROS OBJETIVOS»
Estoy convencido de que el Plan de Acción va a servir para que la economía social tenga un cambio de escala espectacular en los próximos años.
Lo cierto es que tenemos una oportunidad histórica, y en España seguramente más que en ningún otro país por la elevada cantidad de dinero que los fondos van a revertir.
Desde la economía social hemos presentado un proyecto para crear un ecosistema de economía social por toda España, para que se produzca la digitalización y, por tanto, la modernización de estas empresas; y se produzca una mejora importante de la competitividad en todos los sectores (educativo, energético…). Este plan supone la creación de 20.000 nuevos puestos de empleo y el mantenimiento de más de 100.000 empleos en las empresas de economía social.
Más allá de eso, queremos luchar contra la despoblación y contribuir a crear un ecosistema de economía social en España. Este proyecto contempla globalmente, entre la aportación propia y ajena, sobre 2.000 millones de euros. Somos el único sector empresarial trasversal que va a poder tener acceso a un PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) de economía social.
Desde la economía social compartimos los valores que propugna la comisión europea: transición justa, digital y ecológica, también la economía verde, trabajar por la cohesión social y territorial, que es lo que hace la economía social día a día fijando población en los territorios. Por lo tanto, lo que necesitamos son recursos para que esta población se quede en el territorio. Las empresas de economía social no se deslocalizan, se mantienen en el lugar en el que nacieron. Por tanto, interesa que se creen empresas de economía social que fijen población en los territorios y contribuir a que no aumenten esos 2.000 pueblos abandonados o en estado de abandono.
¿Qué opina del concepto ‘empresa social’? Jurídicamente no existe, lo cual aprovechan muchas compañías para atribuírselo unilateralmente, en innumerables ocasiones con más criterio publicitario que real.
Estamos preocupados por esta situación, porque lo que hemos observado es que una empresa puede autoidentificarse como ‘empresa social’ porque destine una parte, la que sea, de sus beneficios para donarlos a una acción benéfica.
La pregunta es ‘¿cómo se han generado esos beneficios? Además, ¿cuál ha sido la forma de llegar a esos resultados? ¿Ha sido tratando bien a la gente, aportando buenas condiciones de trabajo? Si todo eso se va cumpliendo, podríamos estar de acuerdo. A mí no me importa que ‘limpies tu corazón’ ante la sociedad diciendo que donas ‘x’ de tus beneficios si antes los obtienes machacando a las personas, tanto a proveedores, como a clientes y a trabajadores… Eso es lo que hay que eliminar. No se pueden “purgar” los males del proceso de producción repartiendo después una parte de los beneficios y diciendo que eres muy bueno o social… Aquí entran dos cuestiones: cómo consigo esos beneficios y, después, si los he conseguido respetando a las personas, manteniendo convenios, horarios, condiciones de trabajo, la igualdad, la paridad…
«EN EUROPA TENEMOS TRES MILLONES DE EMPRESAS Y ALREDEDOR DE 14,5 MILLONES DE TRABAJADORES»
¿Cómo está este debate en España? ¿Se van a regular las ‘empresas sociales’?
Europa no tiene todavía normativa global sobre empresas sociales, pero las identificó como una parte de la economía social. Lo que hay que ver en España, donde queremos que formen parte de la economía social, es definir qué es una ‘empresa social’. Una vez que lo definamos, no estaría mal que una ‘empresa social’ identificada dentro de la economía social tuviera que cumplir una serie de requisitos. La ‘empresa social’ tiene que serlo y demostrarlo.
Por último, como presidente de SEE, ¿en qué otras líneas de actuación están trabajando junto a las instituciones europeas?
Estamos trabajando sobre todo en las ramificaciones del Plan de Acción Europeo para la Economía Social. Una de ellas es desarrollar la economía social en países donde todavía no está muy desarrollada.
También queremos que sirva para implantar una ley en todos los países. La tiene España, Francia, Portugal, la Región Valona de Bélgica… pero interesa que haya una ley marco que ayude al desarrollo de la Economía social.
En definitiva, son caminos que nos deben llevar a una mayor presencia de la economía social en el ámbito europeo.
Siempre he planteado que a nivel europeo tiene que haber cuatro niveles de acción para que la economía social se desarrolle. El primero es un Plan Europeo, puesto que el 80% de todas las normas de cualquier país vienen derivadas de acciones europeas. El segundo sería una estrategia de país (España la tiene y vamos a hacer una segunda hasta 2027). El tercero serían las regiones (con planes de apoyo como han realizado varias comunidades autónomas) y finalmente, los municipios, como cuarto nivel.