El cooperativismo salva unas cincuenta empresas del cierre en tres años
El cooperativismo se ha consolidado en los últimos años como uno de los mejores bastiones para crear y mantener los puestos de trabajo. La clave reside en la capacidad que tienen estas empresas para adaptarse a las situaciones difíciles por su estructura organizativa y los valores que las inspiran.
La dura situación económica ha llevado a numerosos negocios al cierre. Como respuesta, muchos trabajadores han decidido coger las riendas de su futuro y transformar o reconvertir las empresas en quiebra, concursadas o abandonadas por sus dueños en cooperativas para poder conservar sus puestos de trabajo y seguir con la actividad. Se trata de un fenómeno que está cobrando gran relevancia en España y, especialmente, en Murcia, que es la primera región a nivel europeo.
Por este motivo, los ministros de Empleo de España y Portugal, Fátima Báñez y Pedro Mota, decidieron conocer de primera mano una de estas empresas renacidas al calor del cooperativismo, Mula Confort, dentro de la agenda de actos programados en la cumbre ibérica celebrada anteayer.
Durante la breve visita, en la que estuvieron acompañados por el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez; el consejero de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, Juan Hernández; el alcalde de Mula, Juan Jesús Moreno, y el presidente de Cepes y Ucomur, Juan Antonio Pedreño, entre otros, pudieron ver la frenética actividad en la cooperativa, que estos días de temporada alta (los meses de julio a septiembre son los de mayor actividad) fabrica entre 70 y 90 colchones diarios, el triple que cuando abrió sus puertas, hasta alcanzar una media al mes superior al millar.
Mula Confort está formada por antiguos trabajadores de la extinta Colchón Comodón, que llegó a ser una de las primeras firmas del sector y a dar trabajo a más de 150 personas. La cooperativa cuenta en la actualidad con 17 socios y dos trabajadores y ofrece todo tipo de artículos relacionado con el descanso, ya sean colchones, almohadas, somieres, canapés o bases.
La empresa pasó por un proceso tortuoso hasta que finalmente se constituyó en marzo del año pasado. Los trabajadores tuvieron que esperar dos años hasta que el concurso de acreedores de Colchón Comodón terminara de aclararse. Una vez que se hizo público el resultado, compraron casi toda la maquinaria de la antigua fábrica, aunque no pudieron hacerse con la marca. Cada socio tuvo que realizar una inversión inicial de hasta 10.000 euros para poner en marcha el nuevo negocio.
El proyecto contó desde el principio con el apoyo de Ucomur, que se ha especializado en los últimos años en rescatar sociedades mercantiles en crisis y convertirlas en cooperativas. Pedreño destacó que Mula Confort es uno de los aproximadamente 50 casos de empresas que han recurrido en los últimos tres años al cooperativismo para salvar los empleos, ya sea por la quiebra de una empresa en la que los trabajadores deciden quedarse con ella para gestionarla y reflotarla o por la jubilación del dueño y la falta de relevo generacional, que acaba dejándola en manos de sus empleados.
También jugaron un papel vital para la creación de Mula Confort tanto el Ayuntamiento de Mula, como el Gobierno regional y Cajamar, que ofreció facilidades para la financiación del proyecto.