Cooperativismo y economía social, claves en el crecimiento económico regional

Cooperativismo y economía social, claves en el crecimiento económico regional

El cooperativismo y la economía social constituyen una realidad empresarial imprescindible para el desarrollo socioeconómico de la Región de Murcia. Tenemos cerca de dos mil empresas de economía social con veintisiete mil socios que emplean a ciento cincuenta mil personas de forma directa e indirecta. Esta fuerza económica y  social debe tenerse en cuenta en cualquier estrategia de crecimiento económica que se emprenda desde la Administración.

No se trata únicamente de un modelo empresarial sólido y resiliente, es también un modelo basado en la solidaridad, el compromiso y la participación de las personas en la gestión de la empresa. Un modelo, en definitiva, que pone el foco sobre las personas, lo que lo convierte en un modelo empresarial social y medioambientalmente responsable, en línea con los objetivos de crecimiento y desarrollo sostenible impulsados desde las diversas instituciones y contenidos en la Agenda 2030.

Las cooperativas y las empresas de la economía social contribuyen a hacer más social el crecimiento de nuestro territorio, manteniendo el empleo y fortalecimiento nuestro tejido empresarial al tiempo que frenan la despoblación gracias a la no deslocalización de sus negocios y al arraigo al territorio que profesan.

El cooperativismo está siendo, sin duda, un pilar fundamental en la recuperación económica de nuestra Región, como demuestra su inclusión en la estrategia RIS3 de crecimiento económico innovador y sostenible. Somos un modelo empresarial moderno y competitivo que ofrece además soluciones innovadoras a las demandas de los mercados y de la sociedad; un actor empresarial que se ha consolidado como un acelerador de la innovación social en sectores como la salud, la educación, la vivienda o la atención a personas mayores y dependientes, donde presta servicios de alta calidad.

Somos empresas que impulsan un modelo económico más sostenible a través de inversiones con un fuerte impacto social, que fomentan la transición hacia las energías renovables y nuevas formas de producir y de consumir más respetuosas con el medioambiente. Somos un pilar fundamental de cohesión y empleo, y donde sea que exista una política económica, de transformación y/o crecimiento, allí debemos estar representando un modelo de presente y futuro para todos/as.

En la actualidad la sociedad siente una gran desafección hacia las instituciones como consecuencia de la crisis y del crecimiento de las desigualdades. La ciudadanía  aspira a un nuevo modelo económico más equitativo y generador de bienestar. Estamos inmersos en un entorno social cada vez más sensible y consciente de la necesidad de generar respuestas a los problemas reales de las personas.

Se ha generalizado en una parte de nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes, el sentimiento de que vivimos una crisis estructural y permanente que limita sus expectativas de futuro ( el desempleo juvenil es el más alto de Europa). Asistimos a una vertiginosa transformación económica y social, a causa de la penetración y generalización de las nuevas tecnologías. Una revolución de enorme envergadura que como siempre ocurre en periodos de cambio social, ofrece grandes oportunidades pero también enormes desafíos.

En este nuevo entorno se multiplican las propuestas para establecer un modelo económico en el que prime el interés general y el bien colectivo frente a sistemas que favorecen la concentración de la riqueza en unas pocas manos. Nuevas iniciativas en favor de una sociedad abierta y participativa que asegure una igualdad de oportunidades sobre la que construir una economía más sostenible y equitativa.

Cada vez son más voces las que se suman a la necesidad de una nueva economía al servicio de las personas, del progreso y de la cohesión social. De un nuevo modelo económico en el que el cooperativismo y la economía social “desempeñe un papel fundamental a la hora de resolver toda una serie de cuestiones sociales y económicas”,

La economía social será sin duda un pilar de esta nueva economía para el futuro de la Región de Murcia, porque ha sido y es un actor del cambio que se anticipa y da respuesta a las demandas de la sociedad actual. Y los valores y principios que rigen este modelo de empresa, como la solidaridad, la participación democrática, la equidad, empresas donde prima la persona por encima del capital, hacen que el cooperativismo y la economía social sean el punto de referencia y de encuentro en el que confluyen las nuevas iniciativas que apuestan por un crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo.